Hay un dicho que dice: "Cuando la vida te da limones, haz limonada".
Retrocedamos en el tiempo: en 2002, la burbuja de las punto com estalló provocando una gran crisis que afectó gravemente a la empresa de telecomunicaciones para la que trabajaba. El efecto más inmediato fue el despido de muchos trabajadores en todos los departamentos, incluido el de informática, donde yo trabajaba como ingeniera de sistemas y gestora de proyectos.
Ahora llegamos a la parte de la limonada: Pensé que era el momento ideal para formar una familia y poder dedicarme a ella sin presiones laborales. Han sido unos años fantásticos y, sinceramente, no los cambiaría por nada. Pero fue una etapa de mi vida que llegó a su fin de forma natural.
Así que, llegados a este punto, empecé a plantearme mi vuelta al trabajo. También empezaron las dudas. ¿Por dónde empiezo? ¿Busco trabajo en el mismo campo? Pero la tecnología avanza y debo ponerme al día. ¿Seré capaz de hacerlo? ¿Busco otro tipo de trabajo? Entonces tendría que empezar de cero.
Ahí fue cuando la vida volvió a darme limones. Pero ya no eran limones, sino que podríamos decir que era algo más dulce: el programa Reinventa-Tech de Oracle.
Supe de él casi por casualidad. Este programa pretende tener un impacto real en la vida de algunas mujeres, proporcionándoles formación en tecnologías punteras de Oracle muy demandadas y apoyo para conseguir un empleo. No se necesitan conocimientos técnicos previos, sólo ganas de reinventarse, pasión por la tecnología y mucho entusiasmo.
Tras un proceso de selección, pasé a formar parte del grupo que se especializaría en Cloud con otras cuatro compañeras. Nuestro objetivo era obtener las certificaciones necesarias para especializarnos en la tecnología Cloud de Oracle en el plazo de un año.
Formamos un equipo fabuloso, compuesto por nosotras cinco y muchas otras personas de Oracle que siempre estaban ahí para responder a nuestras preguntas, compartir sus experiencias y animarnos en los momentos difíciles. Y con todas las demás mujeres de las otras ramas, formando una comunidad donde el esfuerzo de una es el esfuerzo de todas.
Cuando por fin terminé todos los exámenes, fue un momento de mucha emoción y muchos nervios. Creo que no era la única preocupada por saber si podría encontrar mi sitio en una empresa que tuviera en cuenta mi situación particular.
Y aquí es donde entra en juego el segundo pilar fundamental del programa: las empresas colaboradoras, como Quistor. Porque sin ellas, el objetivo final, que es el empleo, no sería posible.
Durante el proceso de selección, me sentí muy cómoda, e incluso tuvieron en cuenta mis preferencias a la hora de colocarme en un grupo. Sentí que había mucha unidad y un gran espíritu de equipo. Por eso, cuando me dijeron que me querían, me emocioné.
"Aquí es donde entra en juego el segundo pilar fundamental del programa: las empresas colaboradoras, como Quistor. Porque sin ellas, el objetivo final, que es el empleo, no sería posible".
Lo primero que pensé cuando empecé a trabajar fue: ¡Echaba de menos esto! Y lo segundo, cuando conocí a mis compañeros, fue que eran grandes profesionales. Pero no sólo hay conocimientos, sino también colaboración y apoyo. Inmediatamente me sentí uno de ellos.
Para resumir mis objetivos alcanzados: he conseguido reinventarme con tecnología punta, trabajar en una empresa líder y trabajar en un gran equipo. ¿Se puede pedir más?
Quiero dar las gracias a todas las personas de Quistor que me acogieron con los brazos abiertos. Espero seguir avanzando y aprendiendo cosas nuevas dentro de este fascinante y siempre cambiante mundo tecnológico, contribuyendo al continuo crecimiento de Quistor.
"Me he reinventado con tecnología punta, empleado en una empresa líder y trabajado en un gran equipo. ¿Se puede pedir más?"
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